Sufrir estrés crónico en el trabajo puede afectar a nuestro estilo de vida, la salud o las relaciones, y la esfera sexual no queda ajena a ello. El síndrome de burnout puede ser causa de algunos trastornos sexuales y problemas de pareja. En este artículo nos centraremos en cómo afecta a la sexualidad de las mujeres, pues el género femenino se identifica como factor de riesgo a la hora de desarrollar este problema. Así mismo, daremos pautas para identificarlo, prevenirlo, y ponerle solución.
¿Qué es el síndrome de burnout?

También conocido como el “síndrome de quemarse en el trabajo”, es un trastorno que afecta principalmente a las personas que trabajan en contacto directo con otras personas. Especialmente, se ha identificado en profesionistas sanitarios y sociales. Se caracteriza por ser un estado de estrés laboral crónico y difícil de gestionar que no solo afectará a la esfera laboral, sino también a la física, psicológica o relacional.
El síndrome de burnout según la OMS, está caracterizado por la manifestación de sentimientos de agotamiento o agotamiento de la energía; aumento de la distancia mental del trabajo, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo; así como la reducción de la eficacia profesional.
Este síndrome puede confundirse con el llamado «surmenage intelectual», ya que los síntomas son similares en ambos, pero no las causas. El burnout ocurre en profesiones que implican relacionarse con personas (empleados públicos, asistentes sociales, psicólogos, médicos, maestros, etc.), y generalmente vocacionales.
En cambio, el surmenage o colapso intelectual suele darse en profesionales donde se exigen altos niveles de presión para evitar el despido o para ascender; y especialmente en estudiantes que hacen sobreesfuerzos para alcanzar la superación intelectual, pasando más tiempo estudiando del que su cabeza les puede permitir.
Aunque en este post nos centramos en el síndrome de burnout, realmente el surmenage intelectual es su «primo hermano», manifestando síntomas muy parecidos en las personas que los padecen.
Los principales síntomas de sufrir burnout son:

- Sentimientos de agotamiento físico y emocional.
- Percepción de fracaso y de una escasa realización personal.
- Baja autoestima.
- Dificultades para la concentración.
- Estado de nerviosismo y/o taquicardia.
- Bajo rendimiento laboral y apatía.
- Insomnio.
- Comportamientos de irritabilidad o agresividad.
- Dolores musculares y de cabeza.
Aunque este síndrome tenga su causa en el puesto de trabajo, su sintomatología va a repercutir en el resto de áreas personales, entre ellas puede afectar a la relación de pareja y dentro de ésta, a la dimensión sexual. Son bastantes los estudios que en los últimos años se han centrado en investigar este fenómeno, del cual se argumenta que la sobrecarga laboral, la excesiva burocratización, las actividades rutinarias, o la baja motivación pueden conducir a padecer síndrome de burnout.
Ser mujer es un factor riesgo para padecer burnout
El principal motivo son las dificultades sociales a las que se enfrenta el género femenino, como la doble jornada. Tener un trabajo y además llevar todo, o casi todo el peso de las tareas del hogar o el cuidado de hijos y familiares, aumenta los niveles de estrés, agotamiento, y fatiga crónica en la mujer.
Si bien los hombres también sufren la patología de burnout, para la mujer agotada este síndrome se hace más complicado al tener menos tiempo de desconexión. Por ello, la salud en la mujer puede verse bastante más mermada a causa del cansancio crónico y la situación de estrés laboral.
Además, las mujeres pueden ser víctimas más directas del síndrome de burnout que sufren otras personas. Un estudio llamado «Síndrome de desgaste profesional en médicos y percepción de la violencia obstétrica» realizado por Pintado-Cucarella S, Penagos-Corzo JC, y Casas-Arellano MA., analiza la relación entre el burnout en ginecólogos y la violencia obstétrica detectada por sus pacientes. Concluye que efectivamente el estrés laboral puede dar lugar a malas prácticas profesionales (violencia obstétrica), y que es necesario dotar a los médicos de herramientas de control del estrés para una mejor atención a las mujeres que demandan sus servicios ginecológicos.
¿Cómo interfiere el síndrome de burnout en la salud sexual femenina?
De un lado, se detecta que el estrés laboral o desgaste profesional puede interferir en la relación conyugal, afectando al disfrute y el deseo de tener encuentros sexuales. Y por otro lado, veremos cómo este síndrome también puede provocar patologías ginecológicas y hormonales en la mujer.
Una tesis perteneciente a la Escuela de Psicología de la Universidad del Bío-Bío (Chile) y realizada por Ángela Soledad Avilés Avilés y Cecilia Amanda Gallegos Fernández, ha estudiado la relación entre el burnout, satisfacción de pareja, y satisfacción sexual. Este trabajo ha encontrado que efectivamente las esferas laboral y conyugal están muy relacionadas, y que el burnout es un elemento que puede conducir a dificultades sexuales, las cuales inciden y afectan a la relación de pareja.
Este trabajo contrasta que el agotamiento emocional que provoca el síndrome de burnout, está relacionado con la disminución de los niveles de satisfacción marital y de frecuencia sexual.
Otros estudios también concluyen que el estrés, la fatiga crónica y la sexualidad están en constante interactuación. Por este motivo, la sexualidad de la mujer cansada puede verse también afectada por alteraciones hormonales, las cuales están relacionadas con varios padecimientos de la salud sexual.
Principales patologías de la sexualidad femenina que puede causar el síndrome de burnout:

- Disminución de la libido (deseo sexual).
- Dificultades o problemas para lograr el embarazo (infertilidad).
- Ausencia de la regla o amenorrea.
- Sangrados menstruales más abundantes de lo normal.
- Riesgo de aborto por fatiga crónica y estrés.
- Aumento del dolor de la endometriosis en mujeres que la padecen.
- Predisposición a las infecciones vaginales debido a la alteración del pH por el desequilibrio hormonal. Estas infecciones durante el embarazo exigen tratamiento específico y una vigilancia médica mayor.
A veces es más fácil detectar estos síntomas que el propio estrés, por lo que si estás padeciendo alguno o algunos del listado, debes acudir a tu profesional de ginecología para realizarte un chequeo, de manera que descarte cualquier otra causa asociada a estos síntomas. Pero en muchas ocasiones, la patología que se encuentra oculta ante estos problemas sexuales puede ser el estrés.
Identificar por tí misma que puedes estar ante el síndrome de burnout puede ser complicado, pues la negación del problema y hacer como que todo va bien es un mecanismo de defensa, y a la vez un síntoma de este trastorno. Por ello, tu doctor/a de confianza puede diagnosticarlo y ayudarte a tomar conciencia de la situación.
¿Cómo prevenirlo y afrontarlo?

Es posible prevenir el burnout antes de manifestar todos o algunos de sus síntomas. Si sientes que tu trabajo te exige mucho desgaste, o que de alguna manera te hace sentir frustración, hay formas de evitar que tu malestar vaya a más:
- Establece límites: se trata de un ejercicio que suele costar ponerlo en práctica. Sin embargo, es bueno que no te exijas más de tus propios límites para no llegar al agotamiento.
- Háblalo con tu superior. Debes expresar lo que te está sucediendo para buscar soluciones, pues es la persona que directamente puede hacer que tu situación cambie.
- Cuéntaselo a tu círculo o personas de confianza. Aunque tu problema pueda ser laboral, expresar tu malestar con tus seres queridos es de mucha ayuda. Aunque todavía estés confundida sobre lo que te está pasando, verbalizar lo que sientes es el primer paso para identificar la causa.
- Practica regularmente alguna actividad que te guste realmente. Es importante que reserves un espacio para ti.
- Intenta no llevarte trabajo a casa. En la medida de lo posible, cuídate de no revisar nada que tenga que ver con el trabajo fuera del horario laboral.
- Haz ejercicio físico al menos 2 veces a la semana y mantén una alimentación saludable, ya que ambas fórmulas están relacionadas con la disminución del estrés y con el buen descanso al final del día.
Si ya llevas un tiempo sufriendo alguna de las manifestaciones del burnout enumeradas al principio de este artículo, es imprescindible que acudas a tu profesional sanitario. Con ayuda es mucho más fácil salir de esta situación.
Existen diferentes tratamientos para el síndrome de burnout

Si los síntomas son muy severos (ansiedad, insomnio…), puede que haga falta algún tratamiento farmacológico para reducir algunas manifestaciones, aunque siempre se recomienda que éste deba ser a corto plazo. No obstante, la medicación por sí misma no solucionará el problema.
El correcto tratamiento para el síndrome del burnout pasa por disminuir el estrés y la ansiedad, y para ello puede ser preciso recibir terapia y apoyo psicológico para identificar el problema y comprenderlo, y después entrenarte en habilidades y hábitos positivos mediante diferentes estrategias.
La aplicación de las posibles soluciones ha de ser de manera progresiva, sin que los cambios te añadan más estrés. Así también se evitarán las recaídas.
Acude también a ginecología si estás teniendo problemas en tu salud sexual
Por otra parte, si estás teniendo las dificultades en tu sexualidad descritas en este post, es importante que paralelamente vayas a tu consulta ginecológica para tratar las patologías asociadas (ausencia de tu regla, molestias, falta de deseo sexual, infecciones vaginales, etc.).
Si estás presentando problemas de infertilidad, o has tenido abortos relacionados con el síndrome de burnout, lo mejor es que te realices pruebas más específicas de fertilidad para descartar cualquier otra causa. Si finalmente se determina que el estrés está detrás de tu problema, el profesional te dará pautas para el mejor tratamiento o te derivará a otros especialistas.
Y por último y no menos importante, si el burnout te está afectando a tu vida sexual conyugal, será preciso contar con el apoyo de tu pareja para ponerle solución.