En una jornada histórica el 66% de la población votó por el sí el pasado 25 de mayo en el referéndum del aborto en Irlanda. Con esta decisión no solo modificarán una norma que pone en riesgo a miles de mujeres, sino que Irlanda demuestra que está teniendo una profunda transformación social.
El sábado 26 de mayo en Dublín, la capital irlandesa, una multitud seguía el conteo de los votos que revelaba que 2 de cada 3 personas se posicionó a favor de la reforma que despenalizará el aborto en Irlanda, donde seguía vigente una de las más restrictivas legislaciones de interrupción del embarazo en Europa.
De acuerdo a lo afirmado por el diario El País, la participación fue la más alta de los 21 plebiscitos que se han celebrado en el país desde que en 1996 los irlandeses votaron por la legalización del divorcio. Irlanda, donde un 78% de los ciudadanos se define como católico, rechazó simbólicamente la intromisión de la Iglesia en los asuntos sociales, meses antes de que el papa Francisco viaje al país.
Esto demuestra que Irlanda está cambiando, el sí al aborto no se ganó solo entre las mujeres y en las ciudades, sino también entre los hombres que fueron empáticos y se solidarizaron con la causa a lo largo y ancho del país. Una nación menos conservadora está surgiendo poco a poco, como se demostró hace tres años, cuando Irlanda aprobó el matrimonio gay con amplia mayoría.
La población debía pronunciarse a favor o en contra de retirar la Octava Enmienda que criminaliza el aborto
El referéndum del aborto en Irlanda cuestiónó a los votantes su posición frente a la Octava Enmienda añadida a la constitución tras un referéndum en 1983. Esta enmienda equipara el derecho de la vida de una mujer embarazada con el del feto, criminalizando el aborto, incluso en caso de violación, incesto, anomalía fetal o riesgo de la salud de la madre, supuestos que permiten la interrupción legal del embarazo alrededor del mundo.

Desde hace años instancias internacionales han presionado a Irlanda para que revise su legislación en materia de aborto, sin embargo, la muerte en 2012 de Savita Halappanavar tras la negativa de los médicos de realizarle un aborto que pudo salvar su vida, generó múltiples protestas que resultaron en la promulgación de la Ley de Protección de la Vida Durante el Embarazo, que permite el aborto cuando la vida de la madre está en riesgo.
Desde que se aprobó dicha Ley, en 2014, se han llevado a cabo 77 abortos legales en Irlanda. Sin embargo, cada día, nueve mujeres irlandesas se ven obligadas a viajar al Reino Unido para abortar y otras más adquieren píldoras abortivas en Internet, arriesgándose a penas de cárcel y a los riesgos de un aborto con pastillas sin supervisión médica.
¿Qué sigue tras el referéndum del aborto en Irlanda?
La población comprendió la importancia de que se legisle a favor de la vida y libertad de las mujeres no solo cuando etá en riesgo su vida. Por lo que el debate continuó hasta que se llevó a cabo el referéndum y los votantes se posicionaron en contra de la penalización del aborto. Sin embargo, esto no significa que el aborto se convierta en legal automáticamente, sino que el Parlamento deberá aprobar una nueva legislación.
La propuesta de ley del aborto contempla que este sea legal para todas las mujeres en las primeras 12 semanas de gestación, mismo plazo en el que se permite interrumpir un embarazo en la ley del aborto en la CDMX. Después, hasta las 24 semanas, pueden interrumpir su embarazo cuando su vida o salud estén en riego y en caso de inviabilidad fetal. Se espera que la ley este aprobada antes del final del 2018, por lo que no nos queda más que compartir la alegría de las mujeres irlandesas por conquistar este derecho.