El Senado de Argentina rechazó el proyecto de ley que buscaba legalizar el aborto y desechó la iniciativa ya aprobada por los diputados, en medio de una amplia controversia que dividió al país.
La madrugada de este jueves, el Senado de Argentina dejó pasar una oportunidad histórica al rechazar la despenalización del aborto. Con 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones, las convicciones religiosas se impusieron al derecho de las mujeres de poder decidir sobre su propio cuerpo.

El país sudamericano, el cual ha estado en el ojo del huracán desde que se propuso el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), seguirá considerando el aborto como un delito al mantener una ley de 1921, es decir, de hace casi un siglo.
Hace más de tres meses que el debate de la legalización del aborto llegó al Congreso de ese país. El pasado 14 de junio, más de un millón de personas con pañuelos verdes festejaban que la Cámara Baja había aprobado con 129 votos a favor la Ley IVE.
La discusión en el Senado duró casi 17 horas, luego de que 71 senadores tuvieran una intervención de aproximadamente 10 minutos cada uno, mientras que se llevaban a cabo multitudinarias manifestaciones, tanto a favor como en contra de la legalización, afuera de las puertas del Parlamento y en varias ciudades del mundo.
Finalmente, luego de la votación, el aborto en Argentina sigue siendo tipificado como un delito que se pena con hasta cuatro años de cárcel tanto para los doctores que lo realicen, así como las mujeres que den su consentimiento para hacerse este procedimiento.
¿Por qué es más que necesaria esta ley?
Según datos de Amnistía Internacional, en este país se producen alrededor de 522 mil abortos al año, la gran mayoría de estos de forma clandestina, es decir, cada minuto y medio una mujer aborta en esta nación.
Con la ley actual, la cual ha permanecido intacta desde 1921, solo se permite el aborto en caso de violación o cuando se pone en riesgo la vida de la madre, dos supuestos que hace 97 años supusieron un avance en los derechos de las mujeres, pero que claramente no corresponden con las demandas sociales del día de hoy, que es poder abortar de forma legal, segura y gratuita.
Argentina desaprovechó la oportunidad de convertirse en el tercer país de Latinoamérica en legalizar el aborto, junto con Uruguay y Cuba, además de la Ciudad de México.
¿Por qué se rechazó la Ley IVE en Argentina?
De los 72 senadores que constituyen la Cámara Alta de Argentina, 30 son mujeres y 42 son hombres. Ellos fueron quienes decidieron la ley que afecta a millones de argentinas, a sus parejas y a sus familias.
La victoria en la Cámara de Diputados y la marcha a favor del “sí” hicieron pensar que la marea verde se impondría también en el Senado y la ley hubiera sido aprobado por el presidente, Mauricio Macri.
Sin embargo, los activistas a favor de la despenalización del aborto y las organizaciones feministas no contaron con los factores en su contra, como los arraigados principios de una sociedad fuertemente influida por la Iglesia católica y la evangélica, así como los intereses conservadores de los miembros del Senado.
Muchos senadores se escudaron en sus creencias religiosas y expusieron en sus discursos antes de definir su voto que era su deber salvar las dos vidas —la de la madre y la del feto— de un «asesinato».
De las 30 mujeres que votaron, una no se presentó a la votación, otra se abstuvo, la mitad (14) se posicionó a favor del aborto y la otra mitad en contra. Quienes avalaron el proyecto, tanto hombres como mujeres, se encuentran, en su mayoría, en los partidos progresistas argentinos.
Luego de la votación de hoy, los legisladores no podrán realizar un nuevo debate sobre la despenalización del aborto hasta marzo de 2019, por lo que habrá que esperar 7 meses para poder luchar de nuevo por un aborto libre, seguro y gratuito en Argentina.