El término “amenaza de aborto” se refiere a la presencia de sangrado transvaginal o cólico en embarazos menores de 20 semanas de gestación, pero que no ha producido modificaciones cervicales, es decir dilatación cervical, o bien donde el embarazo sigue siendo viable.
Las causas son las mismas que producen aborto espontáneo (no provocado). Entre las principales causas están las alteraciones cromosómicas fetales, trauma, alteraciones anatómicas del útero y algunas enfermedades maternas.
Alteraciones cromosómicas se refiere la presencia material genéticos de más o de menos en el feto que condiciona algunas enfermedades como por ejemplo el síndrome de Down. Hasta un 50% de los productos de aborto tiene una alteración cromosómica y el factor de riesgo más importante es la edad materna avanzada.
Trauma se refiere a un golpe o fuerza externa que alteren el embarazo, esta fuerza tiene que ser muy importante. Una caída pequeña o un aventón no causan aborto. Las alteraciones anatómicas uterinas pueden ser miomas, tabique uterino, pólipos u otras. La segunda causa de aborto después de las alteraciones cromosómicas son las infecciones maternas. Otras enfermedades maternas que pueden causar abortos son las alteraciones tiroides, síndrome de ovario poliquísticos y las coagulopatías, entre otras.
¿Cuándo termina la amenaza de aborto espontáneo?
Si durante el embarazo se presenta sangrado transvaginal o cólico, se debe buscar asistencia médica inmediata. La conducta inicial del médico es realizar un ultrasonido transvaginal para valorar la viabilidad del embarazo. Los ultrasonidos transvaginales no usan ningún daño al bebé.
En el ultrasonido se va a ver que el saco gestacional esté bien implantado dentro del útero, que no existan hematomas retrocoriales, esto es zonas de desprendimiento donde se forman coágulos. Se ve también si ya existe embrión, la presencia o no de frecuencia cardíaca, otra parte importante es lo rápido o lento que late el corazón, frecuencias más bajas a lo esperado para la edad gestacional son de más pronóstico.
Se debe evaluar en caso de tener un ultrasonido previo, el crecimiento embrionario. Un crecimiento menor al normal, también es un dato de mal pronóstico para el embarazo. En caso de encontrar datos de mal pronóstico en el ultrasonido se puede complementar con pruebas de sangre.

Se recomienda reposo si hay amenaza de aborto espontáneo
En sangre se puede tomar progesterona y nivel de Gonadotrofina Coriónica Humana (hCG). Una progesterona menos de 20 o niveles de hCG que no suben o caen son indicadores de mal pronóstico. El tratamiento en caso de amenaza de aborto consiste primero en medidas generales e identificar la causa de la amenaza de aborto. Una vez que por ultrasonido se ve que el embarazo sigue siendo viable.
Se inicia por recomendar reposo, esta es una intervención muy común, pero contrario a lo que se piensa no se ha observado ningún beneficio real de mantener a la mama en cama u hospitalizarla. Se debe recomendar la disminución de la actividad física, pero no el reposo absoluto en cama.
En cuanto a medicamentos se utilizan principalmente los antiinflamatorios y la progesterona. Los antiinflamatorios contrarrestan el efecto de las prostaglandinas sobre el útero y disminuyen las contracciones y el sangrado. La progesterona ayuda a la adhesión del saco gestacional al útero materno.
Sabiendo que una de las principales causas son las infecciones en nuestro medio se deben descartar las más comunes. La principal infección involucrada en las amenazas de aborto es la de vías urinarias. Se debe realizar en todas las pacientes un examen general de orina y dar antibiótico.
Otros estudios pueden ser la toma de un perfil tiroideo para descartar hipotiroidismo y en caso de encontrarlo se requiere iniciar tratamiento, el cual se va a continuar durante todo el embarazo. El hipotiroidismo es muy común en las mujeres en edad reproductiva. Pacientes con enfermedades de la sangre que aumentan el riesgo de formación de coágulos, deben recibir tratamiento con anticoagulantes. Este sector de la población debe referirse a una unidad de embarazo de alto riesgo.

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En caso de encontrar factores de mal pronóstico en ultrasonido o laboratorios, se debe informar a la paciente que a pesar de tratamiento médico adecuado hasta un 50% de estos embarazos va a terminar en un aborto.
El riesgo de aborto en la población es de 15%, sin embargo existen factores que aumentan estos riesgo. En el caso de edad materna mayor 40 años, el riesgo de un 80%, tener abortos previos también aumenta el riesgo de un nuevo aborto (entre más abortos mayor riesgo).
El buscar atención médica temprana y seguir indicaciones disminuye el riesgo de aborto. Se debe siempre estar atenta a la presencia de infecciones incluyendo dentales y asistir al médico desde el inicio del embarazo para identificar factores de riesgo.