La ley del aborto en Paraguay es una de las más restrictivas de América Latina. Tan sólo es legal si la vida de la mujer corre un grave peligro. Y sin embargo, el gobierno de Paraguay prohíbe abortar a una niña de 10 años que fue violada por su padrastro, y cuya vida pos supuesto está en riesgo.
Las autoridades sanitarias alertan constantemente de que el embarazo en niñas de corta edad es muy peligroso para su salud y la del feto, ya que no están preparadas ni física ni psicológicamente para ser madres.
En consecuencia, la ONU ha denunciado al gobierno de Paraguay por no proporcionar a la niña los cuidados médicos y la salvaguarda de su salud y su integridad, incluida la interrupción de su embarazo.
La niña está en un avanzado estado de gestación; fue violada por su padrastro, quien está ahora en la cárcel; y ella ha quedado al cuidado de la Cruz Roja; ya que la madre también está en prisión provisional acusada de dejar desamparada a la menor frente al padrastro, -a pesar de que lleva desde 2014 denunciando estos hechos-. Los expertos de la ONU consideran injusta la separación de la madre y la hija.
Pero lo importante, es que esta niña debería ser intervenida y el gobierno de Paraguay se lo ha denegado; a pesar de que efectivamente su vida corre peligro.
En Paraguay, ni siquiera el supuesto de violación es una causa para aprobar el aborto.
Según datos provisionales, casi 700 niñas de entre 10 y 14 años dieron a luz en Paraguay; niñas que están solas, desprotegidas por culpa de un gobierno que mira hacia otro lado. Esperamos que la revolución mediática de este caso que ha conmocionado al mundo, sirva para que el gobierno de este país tome medidas y se una a la protección de los derechos de las mujeres.