Seis chicas de Ciudad de México han creado un proyecto original y explosivo para luchar contra el acoso callejero, en el que utilizan música punk, el vídeo y el arte como método de reividicación y defensa.
El acoso callejero es una forma de acoso sexual y una de las formas más comunes de violencia contra la mujer, que consiste en comentarios indeseados, silbidos, miradas, gestos y otras acciones que realizan personas desconocidas en espacios públicos. Estos actos dirigidos contra la mujer afirman el derecho del hombre a llamar la atención de ésta y la relega al rol de objeto sexual.
Se trata de una problemática muy común en todo el mundo, y ante ella Ana Karen, Ana Beatriz, Elisa Gutiérrez, Verónica Bravo, Betzabeth Torres y Patricia Rodríguez han creado un proyecto denominado “Las hijas de la Violencia” en la Ciudad de México, a través del cual utilizan la música punk, el vídeo y el arte para luchar contra este tipo de violencia. Disparan simbólicamente a sus agresores con unas pistolas de confeti y les cantan «Sexista Punk», tema en el que denuncian el acoso callejero como acto de agresión machista.
“Vamos caminando por la calle y cuando un acosador nos acosa de cualquier manera, corremos hacia esa persona, tomamos las pistolas de confeti, damos un disparo, se encienden las bocinas y cantamos Sexista Punk”.
El proyecto realizado por “las hijas de la Violencia”, pretende dar cuenta de lo horrible que es ser acosada por la calle y la poca conciencia que existe con respecto a esta problemática. El acoso callejero se ve como algo normal y se llega a culpar a las mujeres por ser las “provocadoras” de estas experiencias.
Las hijas de la Violencia pretenden crear conciencia sobre las normas culturales que presionan a permanecer en un silencio constante sobre el acoso callejero
Este colectivo explica en su página de Facebook: “Nosotras somos las hijas de la Violencia, cargamos años de transitar en un espacio público hostil que no da cabida al cuerpo femenino como un cuerpo transitante sino un cuerpo para el goce y disfrute externo”.
Por tanto, pretenden crear conciencia de lo horrible que resulta ser acosada por la calle y emplean pistolas de juguete que utilizan para señalar a los acosadores y hacerles conscientes de lo que implican sus actos. Todas las acciones que realizan quedan grabadas en vídeo que incluyen canciones de protesta.
En palabras del grupo feminista, «la respuesta al acoso callejero ha de ser divertida, para que te lo pases bien y te quites de encima esa repugnante sensación de haber sido violentada que se te queda después de un episodio de acoso callejero. Recomendamos que sea divertido, para que tú te vayas tranquila y puedas seguir teniendo un día increíble».

Este tipo de acoso da cuenta de que el cuerpo femenino es visto como algo para el goce y disfrute externo por el hombre, por lo que con ello se pretende que únicamente se considere como un cuerpo «transitante».
El debate sobre el acoso es muy largo, sobre todo en lo que respecta al piropo. Muchas personas piensan que no es nada malo e incluso que es algo que halaga y gusta. Sin embargo, resulta intrusivo e intimidante y coloca a la mujer como objeto de apreciación.
Gracias a esta iniciativa, se logrará llegar y concienciar a la población para dejar de normalizar este tipo de acoso y dar cuenta del malestar e incomodidad que provoca en aquellas mujeres que lo sufren cada día.