Aborto es nombre que recibe la interrupción del embarazo antes de la semana 20 de gestación o cuando el feto pesa menos de 500 gramos. Un aborto puede ser espontáneo o puede ser provocado cuando la madre no desea continuar con el embarazo. Existen dos alternativas para hacer un aborto, la primera es con pastillas y la segunda es quirúrgico (legrado y AMEU).
El modo que se elige para realizar el aborto depende de la indicación médica y de los deseos de la paciente. El médico debe primero realizar una valoración completa para determinar si no se tienen contraindicaciones para el procedimiento y las semanas de gestación exactas por las medidas del saco gestacional o del feto.
Una vez determinadas las semanas de gestación, los embarazos menores de 8 semanas de gestación son candidatos ideales a la interrupción del embarazo con pastillas. Las pastillas son altamente efectivas y reducen el riesgo de un procedimiento quirúrgico. La Organización Mundial de la salud incluso indica las pastillas hasta la semana 14 de gestación, pero después de la semana 10 de embarazo se requieren cuidados especiales por el riesgo de hemorragia.
¿Molestias después de un aborto provocado?
Las opciones quirúrgicas para la interrupción del embarazo son el legrado uterino instrumentado (LUI) y la aspiración manual endouterina (AMEU). Para ambos procedimientos se requiere anestesia que te suministrarán en la clínica, esta puede ser general o local. Todo procedimiento anestésico conlleva un riesgo para la paciente y se requiere contar con exámenes prequirúrgicos.
El método más usado hoy en día es el AMEU, este se realiza introduciendo una cánula a través del orificio cervical y se aplica presión negativa para succionar el contenido del útero, es mucho menos agresivo que el legrado, pero no está exento del riesgo de perforación y de la formación de adherencias intrauterinas.
El LUI requiere introducir unas legras (cucharilla afiladas) a través del orificio cervical y raspar hasta limpiar el útero. Es un procedimiento a ciegas, se corre el riesgo de perforación uterina y de formar adherencias que dificulten nuevos embarazos u obstruyan la salida del flujo menstrual.
La posibilidad de complicaciones aumenta si se hace en un útero infectado, anatomía anormal o cuando se realiza de manera muy agresiva. La perforación y la infección son las complicaciones más frecuentes, pero de forma general se presenta en menos del 2% de todas las pacientes y si se detectan a tiempo no pasan a mayores.

Si tienes síntomas de infección después de un aborto provocado, ve al ginecólogo
Todo aborto con pastillas presenta sangrado transvaginal, es parte del proceso del aborto y es la única forma de darse cuenta de que el tratamiento ha funcionado. El sangrado suele ser mayor las primeras horas y va disminuyendo poco a poco, puede durar hasta 14 días en forma de manchado transvaginal.
Los abortos quirúrgicos tienen menos sangrado visible para la paciente, sin embargo, durante el procedimiento si lo hay. Cuando se realiza en embarazos muy pequeños o cuando se hace una limpieza muy exhaustiva es probable que solo exista un pequeño manchado o incluso no se presente sangrado después del procedimiento. En caso de presentarse dura 7-14 días.
En ambas situaciones (pastillas y aborto quirúrgico) la menstruación se debe presentar 21-35 días después del legrado. La ausencia de menstruación puede indicar un nuevo embarazo o en pacientes a quien se realizo un aborto quirúrgico puede ser un dato de formación de cicatrices dentro el útero. La ausencia de menstruación en este periodo debe ser motivo para buscar al médico.
Cómo cuidarse después de un aborto provocado
También se debe vigilar el sangrado después de un aborto, si los días de sangrado se prolongan o este es mucho mayor a un manchado puede hablar de problemas y es mejor acudir a una valoración. La principal causa de sangrado anormal es por que se hayan dejado restos del embarazo dentro del útero.
El riesgo de infección con pastillas es muy bajo, siempre y cuando se complete el aborto de manera correcta. En el caso de aborto quirúrgico se debe administrar una dosis de antibiótico antes del procedimiento. Cuando se realiza por profesionales en condiciones seguras el riesgo de infección es mínimo.
La realidad es que, siempre y cuando la clínica cuente con la infraestructura necesaria y el personal esté debidamente capacitado, la presencia de complicaciones después de un aborto de cualquier tipo es muy baja. Desafortunadamente la falta de acceso a clínicas seguras por motivos de legislación obliga a muchas mujeres a acudir a clínicas de abortos clandestinos. Si se busca un aborto se debe acudir a una clínica autorizada, donde el médico capacitado para realizar el proce