Si estás embarazada o lo estás planeando, recuerda que la atención ginecológica y obstétrica es muy importante. Hay muchos factores que pueden hacer que tu embarazo sea de alto riesgo. En él, habrá una mayor probabilidad de que surjan enfermedades o complicaciones que lleven tanto de la madre como del bebé a una posible muerte, antes, durante o después del parto.
El embarazo es una etapa en tu vida que deberías de disfrutar al máximo, haciendo planes y preparándote para la maternidad. Sin embargo, el estar embarazada siempre conlleva un riesgo, tu cuerpo tendrá muchos cambios fisiológicos que en conjunto con otros factores, pueden hacer que se generen enfermedades o complicaciones.

Para minimizar o detectar cualquier complicación, es muy importante que de preferencia tomes algunas medidas desde antes de embarazarte, como bajar de peso si lo requieres, dejar de fumar, realizarte análisis sanguíneos y estudios genéticos, entre otros. Si ya estás embarazada, una alimentación adecuada (no por dos), análisis clínicos y las consultas prenatales serán esenciales.
Aún con los cuidados necesarios se podría tener un embarazo de alto riesgo, pero sin ellos, la probabilidad de mortandad materna o fetal es mucho mayor. Al tener un seguimiento médico adecuado se te podrán detectar cualquier alteración y tratarla a tiempo.
Factores de riesgo
Cualquier mujer de cualquier edad puede tener un embarazo de alto riesgo por distintas circunstancias, pero van a existir ciertos factores con los que aumente dicha posibilidad. Entre ellos están:
Edad
Las complicaciones más comunes en adolescentes embarazadas son los abortos, la preeclampsia/eclampsia, desgarre vaginal, parto prolongado y parto distócico (múltiples complicaciones).
Las adolescentes menores de 16 años tienen cuatro veces más probabilidades de morir durante la gestación o parto que una mujer de entre 20 a 30 años. De igual forma aumenta considerablemente la tasa de mortalidad fetal, la cual es aproximadamente un 50% mayor.
Las adolescentes no son las únicas que corren riesgo, también las mujeres mayores de 35 años. Después de ésta edad, año con año va a aumentar considerablemente la posibilidad de tener distintos problemas como el aborto, la preeclampsia, hipertensión, la diabetes gestacional, la restricción del crecimiento intrauterino, trombosis y el parto pretérmino.
Antecedentes de abortos.
El haber tenido uno o dos abortos se considera normal, gran parte de los embarazos se pierden durante el primer trimestre. Pero cuando se han tenido 3 o más abortos, hayan sido consecutivos o no, se considera que la mujer ya tiene un problema de abortos recurrentes.
Los principales causantes de los abortos recurrentes son las alteraciones genéticas e inmunológicas, o las malformaciones uterinas.
Se considera que una mujer tiene un embarazo de riesgo en este caso, debido a la posibilidad de que se dé la pérdida gestacional una vez más.
Embarazo múltiple
Muchas personas se sienten atraídas por un embarazo múltiple, y aunque parece ser muy tierno, en realidad tiene su lado negativo. Cualquier embarazo en el que se geste más de un feto es considerado de alto riesgo. Dentro de las complicaciones que se generan están la anemia, preeclampsia, diabetes gestacional, mayor probabilidad de aborto, alta presión arterial, hemorragia post-parto y parto prematuro.

Estilo de vida.
El consumo de drogas, alcohol, tabaco, el sedentarismo, entre otras, hacen que puedan surgir una más complicaciones o que éstas se agraven. Por ejemplo, el tabaco aumenta las probabilidades de parto prematuro y de que la mujer tenga problemas de trombosis e hipertensión.
Historial quirúrgico.
Dependerá del tipo de operaciones que haya tenido la mujer en el aparato reproductivo. Por ejemplo, cada día son más los nacimientos que se dan por cesáreas innecesarias, y esto genera problemas en partos futuros. A mayor número de cesáreas, mayor será la probabilidad de tener un embarazo de alto riesgo, sobre todo después de la tercera. Entre los problemas generados están la ruptura uterina y el acretismo placentario, que es cuando la placenta crea uniones anormales con el útero juntamente donde está la cicatriz de la cesárea. Puede provocar fuertes hemorragias sobre todo durante el parto, poniendo en riesgo la salud de la madre y el bebé.
Peso corporal
El peso corporal de la mujer también es un problema. Las mujeres con sobrepeso y obesidad son más propensas a tener preeclampsia o cualquier otro problema de hipertensión, a desarrollar diabetes gestacional, o a tener complicaciones tromboembólicas y durante el parto.
La desnutrición y los trastornos de alimentación, como la bulimia y anorexia que hacen que la mujer tenga un bajo peso corporal, también tiene sus consecuencias. Puede darse un aborto espontáneo, el tener un parto prematuro o la muerte del recién nacido. Esto sin contar de que en caso de que el bebé llegue a nacer, pudiera presentar problemas como insuficiencia respiratoria o alteraciones neurológicas.
Incompatibilidad de Rh.
Se le llama incompatibilidad Rh cuando la madre tiene un tipo sanguíneo Rh – y el bebé es Rh+.
El cuerpo de ella va a reaccionar a la sangre de su bebé como si fuera algo extraño y creará anticuerpos. Esto no implica un riesgo durante el primer embarazo, de hecho ya hay vacunas que evitan que la mujer cree estos anticuerpos.
Sin embargo, si no se reciben las vacunas, los anticuerpos van a tener un efecto negativo en embarazo posteriores donde el bebé sea Rh+ ya que atacarán al feto. Una mala atención médica llevará a la muerte prenatal o del recién nacido.

Enfermedades preexistentes al embarazo.
Si padeces cierto tipo de enfermedades y te embarazas, deberás de tener cuidado médico antes, durante y posterior al parto, claro dependiendo de la enfermedad de la que hablemos. Los análisis clínicos al inicio o previo al embarazo, van a permitir hacer la detección de otro tipo de enfermedades que deberás de tratar cuanto antes ni no quieres correr riesgos.
Por ejemplo, muchas enfermedades de transmisión sexual pueden causar serios estragos en tu embarazo. La clamidia, la gonorrea y la hepatitis C se asocia a partos prematuros, la sífilis igual, pero además a ésta se el relaciona con abortos y muerte postparto. Además de que están relacionadas a malformaciones y otras afecciones fetales.
Las enfermedades crónicas también deben de estar bien controladas antes y durante el embarazo. Por ejemplo la diabetes mal atendida puede producir abortos y parto prematuro, así como empeorar tu estado de salud. La hipertensión es muy peligrosa, puede producir problemas de preecalmpsia y eclampsia en los que se pone en riesgo la vida tanto de la madre como del feto.
Si tienes cualquier tipo de enfermedad, pregunta previamente a tu médico cómo es que puede afectar tu embarazo, y qué medidas previas puedes tomar. Ten un seguimiento cuidadoso y muy regular durante la gestación y posterior al parto, sobre todo si tienes problemas en riñones, hígado o corazón.
Mortalidad materna
¿Porqué es importante recibir la atención médica adecuada en un embarazo de alto riesgo? Desafortunadamente 830 mujeres mueren cada día en el mundo debido a complicaciones durante el embarazo, parto y postparto. Las hemorragias e infecciones son las primeras causas de muerte materna en el mundo. Le sigue la hipertensión gestacional, principalmente la preeclampsia y eclampsia.

En México se dieron 667 muertes en el 2018 y van 660 muertes a dos semanas de que termine el 2019. Las principales causas en nuestro país son los problemas de hipertensión, hemorragia y aborto.
En un embarazo de alto riesgo puede producir la muerte materna, pero no solo eso. Para que dimensiones mejor el problema, a estas cifras hay que sumarle los casos en los que las mujeres estuvieron en alguna emergencia crítica, donde hubo pérdida de la fertilidad, así como los casos de muerte fetal y de recién nacidos.
Síntomas de alarma durante el embarazo
Sabemos que en algunas ocasiones, aunque hayas acudido a tus chequeos, se pueden presentar situaciones en las que no sabes si sí es un síntoma de emergencia o no, por eso te mencionaremos algunos. Ante cualquiera de estos síntomas, acude a un hospital cercano:
- Sangrado. Cuando tengas un sangrado persistente y abundante, que te lleva a sentirte mareada o que te desmayes, deberás de acudir al hospital más cercano ya que posiblemente sea una hemorragia. Si llevas sangrado de forma moderada por más de un par de días, consulta con tu médico para que revise el estado de tu placenta.
- Dolor de cabeza. Si el dolor es severo y/o parecido a las migrañas que están acompañadas de visión borrosa, percepción de «lucecitas», zumbido en oídos y/o mareos, es un síntoma de hipertensión. Sin dudarlo acude a emergencias, podría evolucionar rápidamente a preeclampsia donde además de la presión alta, que de por sí ya es peligrosa, ya hay otros problemas como la falla renal.
- Convulsiones. Pueden darse por varias razones, una muy común es cuando la mujer no atendió los primeros síntomas de hipertensión y preeclampsia, entrando en una fase de eclampsia.
- Fiebre. Más de 38°C, generalmente es síntoma de infección.
- Dolor abdominal. Fuertes contracciones uterinas.
- Ruptura de membranas. Se va a manifestar como un goteo leve o fuerte de fluido que sale de tu vagina, es líquido amniótico.
- Piel pálida o azulada. Es por la falta de oxigenación de tu cuerpo.
- Debilidad o decaimiento. No es normal que te cueste mucho caminar, pierdas el hambre y tu cara se ve demacrada.
- Mareos, desmayos y pérdida de conciencia.
- Visión borrosa.
- Dificultad para respirar.
- Cara, piernas o manos hinchadas. Son síntomas claros de hipertensión.
- Disminución del movimiento fetal.
- Aumento de peso anormal. Más de medio kilo por semana o dos por mes.

Pruebas médicas recomendadas
Ahora seguramente estás interesada en conocer las pruebas médicas que debes de hacerte para evitar en la medida de lo posible cualquiera complicación y poder disfrutar mejor de tu embarazo. Lo mejor es que elijas a un solo médico ginecólogo y obstetra, para que puedas acudir con él durante estos 9 meses. Si decides hacer un cambio, pide tu historial médico y llévalo con tu nuevo obstetra.
Pruebas básicas
En las consultas el médico te irá indicando qué pruebas van a realizarte, las de rutina son las siguientes:
- Ecografía. En cada consulta te harán este estudio que sirve para ver y analizar el crecimiento fetal, así como el crecimiento y estado del cuello uterino, puede ayudar a detectar anormalidades. Deberás hacer como mínimo 5 ecografías durante tu embarazo. La ecografía en semana 20 adquiere gran relevancia, porque hay mayor oportunidad de detectar anormalidades fetales.
- Bioquímica sanguínea. Sirve para determinar tu estado de salud y se analizan diversos parámetros como tu nivel de triclicéridos, glucosa, colesterol, calcio, etc. Permite detectar al médico posibles padecimientos como la diabetes, o problemas en riñones, hígado, entre otros. El médico puede pedirte que repitas la pruebas en algunas ocasiones.
- ETS. Se tienen que realizar pruebas para todas las enfermedades de transmisión sexual incluyendo VIH, sin importar que tengas pareja estable.
- Toma de presión. Se debe de hacer en cada una de tus visitas médicas, recibirás tratamiento e indicaciones especiales si rebasas el 120/80. El médico puede sugerirte que te tomes la presión en casa.
- Rh. Si tu y tu pareja no saben su grupo sanguíneo, deberán de hacerse la prueba. Si tienen diferentes Rh, es posible que haya incompatibilidad con el bebé.

Pruebas que pueden hacerse por sospecha
Si tu médico detecta algo anormal en las pruebas básicas, va a mandar a realizarte otros análisis, ¿qué análisis?, todo dependerá del parámetro que sea anormal. Existe una gran variedad de ellos que no nos es posible mencionarte, no se realizará lo mismo si tienes problemas de hipertensión a que si tienes diabetes, cada complicación y enfermedad tendrá sus pruebas diagnóstico y su tratamiento.
Sin embargo, cuando se detecta una posible malformación o alteración en el feto, podrían indicarte los siguientes análisis:
- Amniocentesis. Es cuando se extrae un poco de líquido amniótico de la placenta, se realiza después de la semana 15 de embarazo y conlleva cierto riesgo de aborto. Es importante cuando se quieren hacer análisis genéticos o determinar el Rh.
- Análisis de vellosidades coriónicas. Se toma una muestra de células de la placenta y también sirve para detectar anormalidades genéticas.
- Cordocentesis. Es la prueba más riesgosa, se extrae sangre del cordón umbilical para analizar posibles enfermedades en el feto. Solo se emplea en casos que realmente lo requieren.
Prevención y atención médica en México
Hay acciones con las que podrías prevenir un embarazo de alto riesgo, como por ejemplo haciendo cambios en tu estilo de vida, alimentación, evitando malos hábitos, etc. Esas acciones son muy importantes y ayudan mucho, pero desafortunadamente las complicaciones aún así pueden aparecer, porque no todas dependen de lo hagas en tu vida diaria o no.
Para identificar eso que no podemos controlar, deberás de acudir al médico, él te platicara sobre todos los cuidados y pruebas que debas hacer. Las complicaciones pueden aparecer en cualquier momento, no todas surgen o se identifican en el primer trimestre, por ejemplo, los problemas de hipertensión son comunes después de la semana 20; las ecografías son importantes antes del parto porque puede ser que el bebé no tenga buena posición, etc. Las consultas prenatales son realmente importantes debido a la variabilidad de las complicaciones y el momento en que se dan.
Tratamiento
Hay distintos tipos de embarazo de alto riesgo:
- Tipo I: Puedes estar en buen estado de salud, pero hay uno o más factores de riesgo. Estos pueden ser desde un nivel educativo bajo, desempleo, embarazo no deseado, o hasta el que tiengas un estilo de vida no adecuado, como que eres fumadora, consumes alcohol, eres sedentaria, obesa, etc.
- Tipo II: Estarás en buen estado de salud, pero tienes antecedentes ginecológicos y obstétricos que sugieren que hay grandes posibilidades de que presentes complicaciones. En estos casos estarán las mujeres que han tenido varias cesáreas, que tuvieron complicaciones en embarazos anteriores, entre otros.
- Tipo III: Es cuando ya se ha identificado un problema, como cuando tienes una enfermedad y has decidido embarazarte, o cuando ya presentaste una complicación durante la gestación.

Es común que en los embarazo de alto riesgo tipo I y II, el médico te de citas con mayor regularidad, para hacer un siguimiento riguroso. Podrá darte indicaciones para evitar las complicaciones y tratará de identificarlas lo más pronto posible para tomar medidas.
En los embarazos de alto riesgo tipo III, cuando ya se ha presentado una complicación, la manera de actuar del médico va a variar dependiendo de cuál haya sido la complicación. En muchos casos se requiere de hospitalización para estabilizar a la mujer. Posteriormente se te podrían dar consultas semanales, dependiendo de la gravedad, para un mejor cuidado he ir dando el tratamiento adecuado a como vayas respondiendo.
Si tienes un embarazo de alto riesgo, la comunicación con tu médico es vital. Pregunta todo lo que necesites y haz caso de todas las indicaciones médicas aunque ya te hayas sentido mejor, recuerda que de esos cuidados depende tu vida y la de tu futuro hijo. También tendrás el derecho de interrumpir tu embarazo por causas de salud, sin importar en qué estado de México te encuentres.
¿No sabes dónde obtener mayor información o a dónde acudir?
Si tienes seguro acude a tu clínica, si no cuentas con él o quieres chequeos más rigorosos, puedes acudir con un obstetra particular para que cuide tu salud sexual y reproductiva. En el caso de que no cuentas con recursos para pagar las consultas, dirígete a un DIF, la Cruz Roja o a una clínica de la Secretaría de Salud, la atención es económica o gratuita. Si tienes dudas, llama a la línea materna al 800 6283762, funciona los 365 días del año las 24 horas y podrán orientarte mejor ante cualquier duda que tengas sobre tu embarazo.