En nuestro país, 77 de cada mil embarazos son de niñas y adolescentes entre 10 y 19 años de edad.
De los 34 países miembros de la Organización México para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente con 32.7 millones de madres jóvenes, es decir, de 19 años o menos. De estas 32.7 millones de adolescentes, 6 de cada 10 dieron a su luz alrededor de los 14 años debido a violencia sexual o falta total de anticonceptivos.
Así lo dio a conocer el más reciente estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) titulado “Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe”.
El reporte destaca que este problema se presenta en toda la región de América Latina y el Caribe, donde las tasas de embarazo adolescente son las segundas más altas del mundo (solo superadas en África subsahariana) con 66.5 nacimientos por cada mil niñas de entre 15 y 19 años de edad.
De acuerdo con las cifras que se desprenden del último censo (2010), las entidades federativas con mayores porcentajes de nacimientos por parte de madres adolescentes son, en ese orden, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nayarit y Sinaloa, mientras que las que presentan los menores porcentajes son la Ciudad de México, Querétaro, Nuevo León, Jalisco y Guanajuato.
¿Cuáles son las consecuencias del embarazo adolescente?
Tal como lo destaca el informe, el embarazo en la adolescencia tiene un efecto profundo en la trayectoria de vida de las adolescentes. Obstaculiza su desarrollo psicosocial, se asocia con resultados deficientes en materia de salud tanto para ellas como para sus hijos, repercute negativamente en sus oportunidades educativas y laborales, y contribuye a perpetuar los ciclos intergeneracionales de pobreza y mala salud.

Otro tema importante a tratar es la mortalidad materna, la cual es una de las principales causas de muerte entre las jóvenes de entre 15 y 24 años de edad en América Latina y el Caribe. Tan solo en 2014 murieron casi 2 mil adolescentes por complicaciones en el embarazo, parto o posparto en esta región geográfica.
La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) del gobierno federal enfatiza que además del embarazo, tener relaciones sexuales sin protección implica un riesgo permanente de adquirir una infección de transmisión sexual.
Medidas para prevenir este fenómeno
Aunque la UNICEF y la OPS señalan el crecimiento económico y el progreso social de la región, el embarazo adolescente en niñas de menos de 15 años ha seguido una tendencia ascendente en los últimos años.
En México, según datos de la ENAPEA, 23% de los jóvenes de entre 12 y 19 años de edad inician su vida sexual y de estos el 15% de los hombres y el 33% de las mujeres afirmaron no haber utilizado ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual, sobre todo por la falsa creencia de que ésta no puede resultar en embarazo.
De los 252 millones de adolescentes de 15 a 19 años en el mundo que viven en regiones en desarrollo, se calcula que 38 millones ya iniciaron su vida sexual y de ellos 15 millones utilizan algún método anticonceptivo pues aseguran que no quieren tener un hijo en los próximos dos años. Los otros 23 millones de jóvenes tienen una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos y se hallan, por consiguiente, en riesgo de embarazo involuntario, afirma el estudio.
Estos últimos datos son la clave para la prevención del embarazo adolescente: no solo es necesario hablar con los adolescentes sobre su sexualidad, es vital enseñarles y brindarles tanto a hombres como a mujeres la mayor cantidad de métodos anticonceptivos posibles, para que, una vez que lo necesiten, sepan y busquen utilizarlos.
Pero los anticonceptivos no son la única forma de frenar los embarazos no deseados entre las jóvenes menores de 19 años. El aborto es también una alternativa que se les debe brindar a las adolescentes mexicanas.
En un país como México en donde 8 de cada 10 personas se consideran católicas, en donde existe una escasa educación sexual y el acceso a métodos anticonceptivos es limitado, no es de sorprenderse que el aborto solo sea completamente libre y legal en la Ciudad de México. Mientras esto sea así, la problemática de los embarazos entre adolescentes persistirá.
Las restricciones a la interrupción legal del embarazo deben eliminarse para así asegurar que todas las jóvenes de la República puedan acceder a él de forma fácil y segura.