En medicina, ‘síndrome’ se define como un conjunto de signos y síntomas que tienen una etiología (origen) en común. El aborto espontáneo es un síndrome, se caracteriza por la presencia de dolor abdominal tipo cólico y sangrado transvaginal, y se debe a la expulsión o pérdida del producto de la concepción.
Pero las causas que llevan al aborto pueden ser muy diferentes. Para empezar, debemos saber que existen diferentes tipos de aborto. Un aborto puede ser completo, incompleto, diferido (huevo muerto retenido), anembriónico y en evolución o inevitable.
El aborto completo es aquel que en el cual se ha expulsado de manera espontáneo todo el saco gestacional y el embrión. Cuando la paciente llega al hospital se realiza siempre un ultrasonido transvaginal, en este caso el útero se observa limpio por dentro. En este caso no se requiere un tratamiento adicional.
En el aborto incompleto el cuadro clínico es idéntico, sangrado transvaginal y dolor abdominal. La diferencia es que en la revisión con ultrasonido se encuentran dentro del útero restos de saco gestacional. En este caso se pueden dar pastillas para completar el aborto o se puede realizar un legrado.
Diferencias entre un aborto incompleto y uno completo
El aborto incompleto es el único tipo de aborto que también puede presentarse tras un aborto electivo (provocado) con pastillas o con tratamiento quirúrgico. En este caso, aún el sangrado no disminuye o se pueden presentar datos de infección. La revisión a los 7 días posaborto es muy importante para evitar complicaciones.
No existe una forma por clínica (por solo los síntomas y signos) de diferenciar entre un aborto completo y un aborto incompleto. La única forma de lograr diferenciar entre ambos es el ultrasonido transvaginal.
El aborto en evolución o inevitable es cuando el producto se encuentra aún dentro del útero, pero ya hay mucha dilatación del cuello uterino o sangrado muy importante que impiden que el embarazo pueda continuar, en este caso se debe dar tratamiento. Si el sangrado es muy importante se debe optar por un procedimiento quirúrgico.

Si hay sangrado, es necesaria una operación
También puede tratarse de una amenaza de aborto, en esta se presentan dolor y sangrado, pero el embarazo continúa dentro del útero sin modificaciones cervicales importantes o sangrado. Con tratamiento para parar el sangrado y las contracciones se puede salvar el embarazo.
El aborto diferido y el embarazo anembriónico son los únicos tipos de aborto que no se presentan con sangrado o dolor. En este caso el embarazo evoluciona de manera aparentemente normal, hasta que se realiza un ultrasonido de revisión y se encuentra un embrión sin frecuencia cardíaca o un saco gestacional sin embrión. En estos casos el aborto se provoca con pastillas.
En todas las situaciones no se debe omitir la visita al médico, la única forma de determinar adecuadamente lo que está sucediendo y recibir el tratamiento apropiado es realizar un ultrasonido. Siempre que sea posible se debe realizar el ultrasonido vía vaginal, la vía vaginal permite una mejor visualización de embarazos menores de 11 semanas de gestación.

A partir de los 40 hay mayor riesgo de alteraciones cromosómicas
Las causas que llevan al aborto son muchas, la primera causa de aborto son las alteraciones genéticas. Las alteraciones genéticas no siempre son algo que mamá y papá pasen a sus hijos, se pueden presentar en cualquier pareja. Las mujeres mayores de 40 años tienen mayor riesgo de presentar alteraciones cromosómicas.
Las alteraciones genéticas no se pueden tratar con medicamentos, en su gran mayoría no se repetirán. Las parejas con dos o más abortos requieren diagnóstico genético antes de buscar un nuevo embarazo.
La segunda causa son las infecciones (todo tipo de infecciones), principalmente las infecciones de vías urinarias. En caso de presentar síntomas de infección se debe acudir al médico, en el embarazo no se debe dejar pasar ninguna infección. Esta es una causa prevenible de aborto.
Ante un síntoma de infección, acude al médico
El riesgo de presentar un aborto espontáneo de cualquier tipo es de 15 % para la población en general. Cuando se tienen más de dos abortos el riesgo se duplica y es necesario un estudio completo de la pareja antes de un nuevo embarazo. Este estudio debe excluir las causas genéticas, hormonales, infecciones, inmunológicas, anatómicas y problemas de coagulación.
Todo aborto que no se trata adecuadamente puede derivar en complicaciones como sangrado importante que comprometa la vida de la mujer o infección. Es muy importante acudir al médico ante cualquier sangrado durante el embarazo, aún cuando sea escaso o parezca poco importante.
El médico especialista, en este caso el ginecólogo, va a determinar cual es el mejor procedimiento para tratar el problema y determinar la causa. No se debe diferir la atención médica.