Durante el embarazo se presentan muchos cambios en casi todos los sistemas del cuerpo, estos cambios son una adaptación que permite el adecuado desarrollo del feto dentro del cuerpo de su madre.
Dentro de los cambios esperados en el embarazo está el aumento de vascularidad en la región de la pelvis, esto aunado al aumento de los niveles sanguíneos de algunas hormonas como el estrógeno hace que durante este periodo se pueda tener un flujo transvaginal abundante.
Este flujo suele ser transparente o blanco no espeso, no huele mal y no provoca comezón o irritación. En ocasiones suele ser tan abundante que genera una sensación de humedad. Para muchas mujeres, en especial durante el primer embarazo, puede ser causa de angustia y de recibir muchos tratamientos no necesarios.
Además del flujo descrito anteriormente, ningún otro tipo de secreción vaginal es normal y debe considerarse como patológica por lo que requiere atención médica.
Cómo es mi flujo si estoy embarazada
Cuando se trata de flujo de color amarillo, verdoso, grisáceo o blanco espeso puede ser causado por una infección. Generalmente este tipo de secreción se acompaña por otros síntomas como mal olor, comezón o irritación. Durante el embarazo es preferible no automedicarse y acudir al ginecólogo para una revisión.
La mayoría de las infecciones vaginales se tratan eficazmente, pero cuando no se recibe tratamiento pueden generar complicaciones en el embarazo. Las infecciones vaginales son causa de aborto, amenaza de parto pretermino y ruptura prematura de membranas. Algunas infecciones pueden llegar hasta el feto produciendo infecciones congénitas.
Ningún sangrado durante el embarazo es normal, siempre que exista sangrado aún cuando sea mínimo debe tratarse como una urgencia y acudir de manera inmediata al médico. Hay muchas causas de sangrado durante el embarazo, se dividen por el trimestre del embarazo para su estudio.
Durante el primer trimestre (0 a 13 semanas de gestación) el sangrado transvaginal puede ser secundario a una amenaza de aborto, a un aborto en evolución y en ocasiones se presenta en los embarazos ectópicos. Si no se trata inmediatamente puede ser causa de perder el embarazo.
La principal causa de amenazas de aborto son las infecciones de vías urinarias y vaginales. Las causas de aborto también son procesos infecciosos y pueden ser también por alteraciones fetales.

Leucorrea en el embarazo durante los primeros días
En el segundo trimestre (14-28 semanas) las causas de sangrado son casi siempre secundarias a una placentación anormal. Por ejemplo, cuando la placenta se pega muy cerca del orificio cervical, condición conocida como placenta previa. También puede existir un desprendimiento de la placenta, esta es una urgencia y puede ser muy peligrosa.
En el tercer trimestre las causas son similares a las del segundo, pero también se puede presentar sangrado durante el trabajo de parto por el proceso de dilatación, este caso no implica una urgencia.
El médico debe siempre valorar el sangrado transvaginal poniendo un espejo vaginal para determinar de donde viene el sangrado y realizando un ultrasonido para corroborar el bienestar del bebé y determinar la causa del sangrado.
En ocasiones el sangrado puede no venir del útero y tratarse de una lesión en la vagina, por ejemplo, secundaria a actividad sexual o por una infección. El colocar un espejo vaginal ayuda a diagnosticar cuando el sangrado no viene de adentro de útero.
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Otro tipo de pérdidas durante el embarazo es la salida de líquido amniótico cuando se rompe la bolsita que cubre a el bebé, conocida como amnios. En este caso se puede presentar la salida de una cantidad importante de líquido a través de la vagina que moja inclusive la ropa y que no para de salir.
Muchas mujeres confunden la ruptura de membranas con salida de orina, a diferencia de la orina el líquido amniótico tiene un olor muy similar al cloro y es totalmente transparente, no para de salir una vez que rompe la bolsa. La orina por su parte suele tener un olor muy particular y sale solo cuando la vejiga está lleva, pero al vaciarse ya no sale más.
En caso de sospechar ruptura de membranas se debe acudir al médico de inmediato, en especial si el embarazo es menor de 37 semanas por los riesgos que implica para el bebé. Una vez rotas las membranas el bebé queda expuesto a los gérmenes del exterior y se debe considerar el nacimiento o la administración de antibiótico e inductores de madurez pulmonar fetal.
Lo importante de este artículo es entender que cualquier secreción anormal a través de la vagina durante el embarazo requiere evaluación médica a la brevedad pues se relaciona con posibles complicaciones.